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EL PAPA PIDE A LOS FIELES QUE SE ADHIERAN AL CATECISMO Y A SU COMPENDIO EN SU ULTIMA CATEQUESIS DEL AÑO

Con sus mejores deseos para el nuevo año 2010, en su última audiencia general del 2009, Benedicto XVI ha reiterado la importancia de «conservar la doctrina cristiana de forma íntegra y unitaria».

Invitando a todos los fieles y, en particular, a los teólogos y a los sacerdotes, en especial en este Año Sacerdotal, el Papa ha hecho hincapié en que el Catecismo de la Iglesia Católica y su Compendio nos ofrecen el cuadro completo de la Revelación cristiana y ha alentado también a las comunidades cristianas a aprovechar estos instrumentos para conocer y profundizar en el contenido de nuestra fe.

El Santo Padre ha señalado igualmente que la mujer fue creada para ser compañera y no esclava, ni dominadora, del hombre.




RV/InfoCatólica) «De este modo, podremos percibir en nuestra fe una maravillosa sinfonía que nos habla de Dios y de su amor y que solicita nuestra firme adhesión y nuestra respuesta activa», ha enfatizado Benedicto XVI, que ha proseguido sus catequesis sobre la cultura cristiana de la Edad Media, centrándose en la figura de Pedro Lombardo.

Citando a este destacado teólogo del siglo XII, que, en 1159, un año antes de su muerte, fue nombrado Obispo de París, el Papa ha recordado que en la narración bíblica del nacimiento de la mujer, él veía ‘una prefiguración del misterio de Cristo y de su Iglesia’.

Tras señalar que «Dios creó a Eva de una costilla de Adán. Y no, por ejemplo, de su cabeza», el Santo Padre ha subrayado que Dios ha querido que la mujer fuera ‘compañera del hombre’. No su ‘esclava’. Y tampoco su ‘dominadora’.

El Papa ha invitado a que, «siguiendo las enseñanzas de Pedro Lombardo, reconozcamos la importancia de los sacramentos en nuestra vida cristiana. Pues ¡son el tesoro de la Iglesia!».

En su resumen en nuestro idioma, el Papa dijo:

Queridos hermanos y hermanas:
Hoy quisiera hablar de Pedro Lombardo, un teólogo del siglo doce de gran notoriedad, pues una de sus obras, las Sentencias, fue adoptada como manual en todas las escuelas de teología durante muchos siglos.

Se le llama Lombardo porque nació en una región del norte de Italia, ocupada entonces por los longobardos. De familia modesta, estudió en Bolonia, Reims y París, donde fue profesor y, casi al final de su vida, nombrado Obispo.

Su gran aportación fue el haber recogido, además del texto bíblico, el pensamiento de los grandes Padres de la Iglesia y de otros notables pensadores cristianos, disponiendo todo en un cuadro sistemático y bien trabado.

En efecto, una de las características de la teología es organizar de manera unitaria el patrimonio de la fe, presentándola de modo claro y coherente en todas sus partes, pues las diversas verdades que contiene se iluminan recíprocamente, ofreciendo así una visión de la riqueza y armonía del plan salvador de Dios.

Ante el riesgo de fragmentación en la verdad de nuestros días, el testimonio de Pedro Lombardo es una llamada al estudio y a la enseñanza íntegra, sugerente y orgánica del mensaje de Cristo.

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