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Un Dios de Fiesta

Luis García Dubus - 1/17/2010

Santo Domingo.- “¡Qué vacía aquella casa después de la separación! El esposo había muerto hacía tiempo, y ahora su hijo ñ su único hijo ñ le había dicho que tenía que irse... que tenía una misión... Pero ella estaba bien, porque tenía una paz interior inalterable, y, además, una insuperable capacidad para la alegría. El primer contacto de María con su hijo ocurre en la celebración de una boda. Allí pronuncia ella un insuperable sermón de cinco palabras:

“Hagan lo que Él les diga”
Ella se dio cuenta de un problema que tenían los esposos, se lo dijo al Señor, su Hijo, y el Señor resolvió el problema haciendo un milagro.

Fue el primer milagro que Él hizo, y fue un milagro inusual, porque no fue hecho para aliviar un dolor, sino para que siguiera la fiesta, para impedir que la alegría se terminara; para que personas que ya estaban celebrando celebraran ahora mucho más con el vino nuevo de la alegría de su Presencia. Ese es el Señor auténtico.

Un Dios de fiesta, no de luto. De alegría, no de tristeza. De vida, no de muerte.

Y esa es la Madre auténtica: Madre que quiere ver a sus hijos alegres y felices. La gran mediadora. “La mediadora ante el mediador”. “La omnipotencia suplicante”. Cuando usted decida pedirle ayuda a esa Madre suya, sepa que ella también es Reina. Y que como Madre, quiere; y como Reina puede. Su ayuda, entonces, es segura y es eficaz.

LA PREGUNTA DE HOY
¿Hace la Virgen milagros?
No hombre. Claro que no. Ni ella ni nadie. Sólo Dios puede romper leyes que Él mismo puso. Otra cosa es si puede alguien interceder ante Él, o sea, pedirle por alguna persona.

Por ejemplo, en el evangelio de hoy la Virgen informa humildemente a su Hijo del apuro de los novios. Ni siquiera le pide nada. La respuesta que le da el Señor corresponde al hebreo “ma li walak”, una frase que aún se usa como expresión de sorpresa ante una petición de una persona querida, significando que uno está en la mejor disposición de complacerla.

Y el Señor añade, para mejor claridad, que “aun no ha llegado mi hora”, refiriéndose a la hora de su pasión y muerte. (Juan 7, 30: 9, 20, Juan 13, 1; 7, 6-8; 12,27; Marcos 14,41; Lucas 22, 14 y Juan 17, 1; y 12, 24-36).

La Virgen entiende perfectamente que la respuesta del Señor significa su plena disposición de complacerla, y por eso que dice a los sirvientes: “Hagan lo que Él les diga”

La Virgen no hace milagros, es el Señor quien los hace, si quiere. La Virgen sólo pide humildemente y Dios la complace como cualquier buen hijo complace a su mamá. Ella no concede, pero consigue.

Dichosos usted y yo, si hoy mismo, pensado en cualquier problema o proyecto que tengamos, acudimos a ella confiada y alegremente, sabiendo que esa no falla.

BUENA NOTICIA:
El lunes 1.8 de febrero, si Dios quiere, dará inicio el Curso Cristianismo Práctico (CCP) No. 61 en la Parroquia Divina Providencia de Arroyo Hondo. Ocho lunes consecutivos, de 8:00 a 10:15 p.m. Las inscripciones ya están abiertas. Contacto: Jaime Joa. Tel.: 809-732-2516 y celular 809-696-3714. Lo invito a compartir esta fiesta conmigo y mi comunidad. ¡Allá nos vemos!

Fuentes: Listin Diario

1 comentario:

Unknown dijo...

Muy bueno el tema