Luis García Dubus - 1/31/2010
Santo Domingo.- Su nietecita adorada cumplía cuatro años, pero el abuelo era un hombre pobre que no podía regalarle nada. Sin embargo, sabiendo que la niña nunca había tenido ni una muñeca, se hizo un plan.
Tres meses estuvo levantándose bien temprano, y casa por casa preguntaba: “¿Usted necesita que yo le haga algún trabajito...? En muchas casas le cerraban la puerta en la cara, pero en algunas le permitieron barrer la casa... desyerbar el jardín... ¡Hasta hubo una en la que pudo arreglar una puerta que se había zafado de una bisagra...!
El asunto es que el abuelo pasó tres meses levantándose de madrugada y caminando mucho buscando “trabajitos”, y reuniendo peso a peso todo lo que podía.
Finalmente el abuelo pudo comprar una muñequita, era pequeña, pero linda, ¡y era nuevecita!
Llegó el cumpleaños y entró el abuelo con su regalo. Los ojos de la niña brotaban de esperanza abriendo aquella caja, y cuando por fin vio la muñequita hubo una explosión de alegría nunca vista.
No se sabía a quien estaba abrazando más: si al abuelo o a su pequeña muñeca.
Ahora deme usted su opinión: ¿Quién estaba más contento: la niña o el abuelo...?
Los dos, dirá usted con toda razón. Pero fíjese que por distintos motivos: la niña, porque estaba siendo amada; el adulto porque estaba amando.
***************
En la carta de los Corintios San Pablo dice que sobre todos los carismas y dones ambicionemos el don del amor. Y luego, en el capitulo XIII, describe a Dios y detalladamente dice cómo es que Dios ama. Y al final dice:
“Cuando yo era niño, hablaba como un niño, tenía mentalidad de niño, discurría como un niño, cuando me hice hombre, acabé con las ñoñerías. (I Cor. 13,11).
Vi una mujer dominicana amamantando a un niño haitiano herido. Ese niño no era ciertamente su nietecito, pero ella tuvo compasión de él: ella lo amó.
El don del amor hace a los hijos de Dios parecerse a Él, y amar a quienes no son nietos, ni amigos siquiera. ¡Tal y como Él nos amó a nosotros primero sin que lo mereciéramos...!
Una cosa que mucha gente ha entendido, es que Dios es un Padre bueno, cuyo deseo es que usted sea feliz no sólo después, sino aquí mismo, ahora, en este momento y por el resto de su vida.
Y estos Dos Minutos están tratando de decirle que la forma de lograr la felicidad es recibiendo el don del amor.
La pregunta de hoy
¿CÓMO SE LOGRA ESE DON?
Un don no se logra, se recibe de la gratitud de Dios.
San Pablo nos dice que ambicionemos ese don, y con mucha razón lo llama el don más valioso.
Desde luego que todo es un proceso, pero en la medida en que una persona va recibiendo este maravilloso don, es más afable, más comprensivo, tiene más paz interior, disculpa a los demás, confía... ¡es más feliz! Este amor auténtico, naturalmente, no es un sentimiento, puesto que, si lo fuera, sólo amaríamos a los que nos aman, o a los que nos caen bien. Es un don de Dios que nos hace libres y felices. ¡Con razón dice San Pablo que lo ambicionemos...!
Don significa regalo. Lo único que podemos nosotros hacer es ambicionarlo, pedir a nuestro Padre que nos lo dé, y estar abierto a recibirlo.
Equivaldrá a recibir la felicidad aquí, ahora, y también después.
Buena noticia: mañana lunes 1.8 de febrero, si Dios quiere, dará inicio el Curso Cristianismo Práctico (CCP) No 61 en la Parroquia Divina Providencia de Arroyo Hondo. Ocho lunes consecutivos, de 8:00 a 10: 15 p.m. Las inscripciones ya están abiertas. Contacto: Jaime Joa. Tel.: 809-732-2516 y Celular 809-696-3714. Lo invito a compartir esta fiesta conmigo y mi comunidad. ¡Allá nos vemos!
Santo Domingo.- Su nietecita adorada cumplía cuatro años, pero el abuelo era un hombre pobre que no podía regalarle nada. Sin embargo, sabiendo que la niña nunca había tenido ni una muñeca, se hizo un plan.
Tres meses estuvo levantándose bien temprano, y casa por casa preguntaba: “¿Usted necesita que yo le haga algún trabajito...? En muchas casas le cerraban la puerta en la cara, pero en algunas le permitieron barrer la casa... desyerbar el jardín... ¡Hasta hubo una en la que pudo arreglar una puerta que se había zafado de una bisagra...!
El asunto es que el abuelo pasó tres meses levantándose de madrugada y caminando mucho buscando “trabajitos”, y reuniendo peso a peso todo lo que podía.
Finalmente el abuelo pudo comprar una muñequita, era pequeña, pero linda, ¡y era nuevecita!
Llegó el cumpleaños y entró el abuelo con su regalo. Los ojos de la niña brotaban de esperanza abriendo aquella caja, y cuando por fin vio la muñequita hubo una explosión de alegría nunca vista.
No se sabía a quien estaba abrazando más: si al abuelo o a su pequeña muñeca.
Ahora deme usted su opinión: ¿Quién estaba más contento: la niña o el abuelo...?
Los dos, dirá usted con toda razón. Pero fíjese que por distintos motivos: la niña, porque estaba siendo amada; el adulto porque estaba amando.
***************
En la carta de los Corintios San Pablo dice que sobre todos los carismas y dones ambicionemos el don del amor. Y luego, en el capitulo XIII, describe a Dios y detalladamente dice cómo es que Dios ama. Y al final dice:
“Cuando yo era niño, hablaba como un niño, tenía mentalidad de niño, discurría como un niño, cuando me hice hombre, acabé con las ñoñerías. (I Cor. 13,11).
Vi una mujer dominicana amamantando a un niño haitiano herido. Ese niño no era ciertamente su nietecito, pero ella tuvo compasión de él: ella lo amó.
El don del amor hace a los hijos de Dios parecerse a Él, y amar a quienes no son nietos, ni amigos siquiera. ¡Tal y como Él nos amó a nosotros primero sin que lo mereciéramos...!
Una cosa que mucha gente ha entendido, es que Dios es un Padre bueno, cuyo deseo es que usted sea feliz no sólo después, sino aquí mismo, ahora, en este momento y por el resto de su vida.
Y estos Dos Minutos están tratando de decirle que la forma de lograr la felicidad es recibiendo el don del amor.
La pregunta de hoy
¿CÓMO SE LOGRA ESE DON?
Un don no se logra, se recibe de la gratitud de Dios.
San Pablo nos dice que ambicionemos ese don, y con mucha razón lo llama el don más valioso.
Desde luego que todo es un proceso, pero en la medida en que una persona va recibiendo este maravilloso don, es más afable, más comprensivo, tiene más paz interior, disculpa a los demás, confía... ¡es más feliz! Este amor auténtico, naturalmente, no es un sentimiento, puesto que, si lo fuera, sólo amaríamos a los que nos aman, o a los que nos caen bien. Es un don de Dios que nos hace libres y felices. ¡Con razón dice San Pablo que lo ambicionemos...!
Don significa regalo. Lo único que podemos nosotros hacer es ambicionarlo, pedir a nuestro Padre que nos lo dé, y estar abierto a recibirlo.
Equivaldrá a recibir la felicidad aquí, ahora, y también después.
Buena noticia: mañana lunes 1.8 de febrero, si Dios quiere, dará inicio el Curso Cristianismo Práctico (CCP) No 61 en la Parroquia Divina Providencia de Arroyo Hondo. Ocho lunes consecutivos, de 8:00 a 10: 15 p.m. Las inscripciones ya están abiertas. Contacto: Jaime Joa. Tel.: 809-732-2516 y Celular 809-696-3714. Lo invito a compartir esta fiesta conmigo y mi comunidad. ¡Allá nos vemos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario