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LA ALTAGRACIA:¿IDOLO O IMAGEN?


Por: Lic. Lennys Tejada

Idólatras, engañadores e ignorantes en la fe, son algunas de las acusaciones que ciertas denominaciones religiosas nos hacen a los católicos. Justamente para estos días, con motivo de la Solemnidad de Nuestra Señora de la Altagracia (21 de enero) se aprovecha la ocasión para arremeter contra nosotros alegando que adoramos la Virgen.
La idolatría consiste en atribuirle a otra persona u objeto los méritos propios y exclusivos de Dios. Los ídolos suelen ser hechos por los hombres, son dioses de madera, tela, pintura o piedra, que ni ven, ni oyen, ni comen ni sienten (Dt 4,28), a los cuales se les coloca en el lugar que le corresponde a Dios.

La doctrina católica distingue entre los ídolos y las imágenes. Para nosotros imagen es cualquier tipo de figura o representación de alguien o algo; mientras que ídolo es un falso dios, una imagen o escultura considerada como dios, con vida y poder, que se pone en el lugar de Dios.

Para los católicos la Altagracia es una imagen por la cual sentimos respeto y cariño. Este honor y veneración que tributamos a la Imagen de la Altagracia, no lo brindamos porque se crea que en ella resida alguna divinidad o poder, por el cual deba dársele culto, sino porque el honor que a ella se le rinde se refiere no a la pintura sino a la persona que ese cuadro representa (Cfr. Concilio de Trento). Es decir que, a través de la imagen que besamos cada 21 de enero, ante la cual nos descubrimos la cabeza y nos inclinamos, nos conecta con la verdadera Madre de Dios que en el cuadro se representa.

Quede con esto claro que la Iglesia Católica no adora la Altagracia, sino que la venera y respeta como se hace con los grandes héroes de la humanidad. Por tanto, si rendimos homenaje a objetos y personas que nos recuerdan la Patria ¿por qué no podemos rendir honor a las persona y objetos que nos recuerdan a Dios, como la Imagen de la Altagracia?
Dios mismo mandó al pueblo de Israel a construir la imagen de dos querubines de oro macizo, labrados a martillo (Ex 25,18); y le ordenó a Moisés que hiciera una serpiente de bronce para ponerla en un estandarte (Num 21,8). Esto es un contundente indicativo de que Dios no prohíbe ni rechaza las imágenes sino los ídolos.

Este próximo jueves nos encontraremos en las iglesias rindiendo homenaje a las personas representadas en la Imagen de la Altagracia y pediremos a Dios delante de aquella Imagen.
El autor es filósofo y
Dir. del Curso de Ciencias Religiosas y Catequética
lennysgt85@hotmail.com

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